miércoles, 29 de octubre de 2014

Hoy Día Mundial del ACV

Día Mundial del ACV: cómo prevenirlo


El 29 de octubre es el Día Internacional de Prevención del ACV o accidente cerebrovascular, también conocido como ataque o derrame cerebral. En la Argentina, los casos anuales son aproximadamente 80.000, de los cuales entre el 52 y el 55 por ciento corresponden a mujeres.
En comparación con los hombres, nosotras tenemos una mayor mortalidad relacionada al ACV. Una de cada cinco mujeres estamos en riesgo de sufrirlo, mientras que en los hombres las posibilidades son de uno en seis. Esto ocurre porque vivimos más que los varones y, por lo tanto, estamos más tiempo expuestas al ACV.
Si bien estas cifras pueden resultar alarmantes, no hay que atemorizarse, sino ponerse en acción. Te damos varios consejos para estar bien protegida:

* Tenelo en mente: el ACV se puede prevenir

Los expertos de la Fundación Favaloro aseguran que el 80% de los casos podrían evitarse. Para eso, te sugieren adoptar varias conductas saludables:

1. Conocé tu presión arterial.
2. Averiguá si padecés arritmias (como la fibrilación auricular).
3. Si fumás, dejá de hacerlo.
4. Conocé si tu colesterol es normal.
5. Si sos diabética, seguí las indicaciones de tu médico para controlar la enfermedad.
6. Hacé ejercicio regularmente.
7. Consumí alimentos bajos en sodio y grasas.

* Bajá un cambio

“Cuando una persona tiene un alto grado de ansiedad hay una gran posibilidad que este trastorno desencadene patologías de tipo vasculares, ya sea un ACV o, en otros casos, accidentes cardiovasculares, como podría ser un infarto”, explica Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA). “Esto sucede siempre y cuando la persona tienda a sufrir trastornos de ansiedad y, a su vez, padezca algún tipo de problemática, como por ejemplo presión arterial muy alta”, aclara la experta.

* Si tomás pastillas, controlate

“En las mujeres, el uso de anticonceptivos durante un período prolongado sin supervisión médica puede aumentar las posibilidades de tener un ACV”, advirtió, en un comunicado, el Ministerio de Salud de la Nación.
“El uso de anticonceptivos aumenta levemente el riesgo de ACV, pero su efecto es mínimo comparado con otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, el sedentarismo o el colesterol elevado”, opina Pablo Ioli, responsable de la comisión vascular de la Sociedad de Neurología. Según el neurólogo, no hay una contraindicación para el consumo de estas pastillas. Eso sí: deberá ser orientado por un profesional que considerará, en cada caso, los antecedentes personales y familiares.

* ¡Levantate de la silla!

La actividad física regular es beneficiosa para reducir el riesgo de ACV. “Si bien se recomienda una actividad de tipo aeróbica, no hay un tipo de ejercicio particular que haya demostrado ser más beneficioso que otro. Hay que ponerse en movimiento al menos 30 minutos por día o 150 minutos por semana”.

* Tené cuidado con la sal

Ocho de cada diez ACV se presentan en pacientes hipertensos. “Si reducimos tres gramos el consumo de sal diario, evitaríamos en el año 2020 más de 100.000 ataques cerebrovasculares”, afirmó Sebastián Laspiur, ‎director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisbles del Ministerio de Salud de Nación.

* No lo postergues más: andá al médico

La cardióloga Melina Huerin, de la Fundación Cardiológica Argentina, nos recuerda que es fundamental la detección temprana del riesgo cardiovascular, a partir de la consulta periódica con el médico. “La evaluación es algo simple y cualquier profesional de la salud puede hacerlo”.

* Conocé los síntomas

El doctor Guillermo Liniado, director del área de cardiología de ALPI, detalla lo que debemos tener en cuenta para detectar un ataque cerebrovascular:

● Falta de sensación, debilidad o parálisis repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo.

● Confusión súbita, problemas repentinos para hablar o entender.

● Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.

● Dificultad para caminar, mareo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación súbitos.

● Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad, sin causa aparente.

“Ante la aparición de estos síntomas, se debe llamar con urgencia al médico.

domingo, 6 de julio de 2014

Negro


Cuando yo nací, era negro.
Cuando crecí, era negro.
Cuando atrapan el sol, soy negro.
Cuando tengo frío, soy negro todavía.
Cuando tengo miedo, soy negro.
Cuando estoy enfermo, negro.
Y, cuando me muera voy a seguir negro!

Y tú, blanca.
Cuando naces, es color de rosa.
Cuando crece, es blanco.
Cuando usted toma el sol, se ilumina en rojo.
Cuando se siente frío, se torna púrpura.
Cuando se sobresalta, amarillo.
Cuando estás enfermo, mantenerse verde.
Cuando muera, será gris.

¿Y me llaman un hombre de color?

(Escrito por un niño angoleño)

viernes, 20 de junio de 2014

Día de la Bandera


jueves, 1 de mayo de 2014

Feliz Día!!!


viernes, 4 de abril de 2014

Carlos Fuentealba


miércoles, 2 de abril de 2014

De educación, políticos e hipocresía

Me indigna ver en TV - en todos los canales -, a los políticos, pseudo expertos en educación, hablando de la currícula. De que va haber tiempo suficiente para desarrollarla. Que tendrá que adaptarse y seleccionar los contenidos... y no se cuantas pavadas más.
Claro, como se levantó el paro, tienen que buscar otra forma de menospreciar a maestros y profesores.
Quiero recordarles a todos ellos, que años anteriores entre paro, lluvias, falta de agua, luz, gas, paro de auxiliares etc.etc.etc hubo muchos más días sin clases que en 2014 y nadie se preocupo por nada y menos por un .
Ahora lo hacen, para que la gente note el interés que tienen por la educación.
Lo que no recuerdan, es que en los últimos quince años, han vaciado de contenidos a la escuela, y fueron ellos y no los paros ni los docentes.
Esto lo único que provoca es malestar, la mayoría de los docentes sabemos administrar nuestra horas de clase con nuestras curriculas, lo hicimos siempre, no necesitamos que los pseudo expertos en educación nos enseñen a dictar nuestras clases.
Deberían de preocuparse (si realmente es que lo hacen) de que las escuelas estén ediliciamente en condiciones y con los elementos necesarios para poder dictar las clases. Para que el docente no tener que hacer malabares, cuando hay que realizar una experiencia en laboratorio - que no están equipados con lo mínimo indispensable - o encontrar en mapa de Europa y Asia políticamente actualizado y no anterior a la caída del muro de Berlin.
Alguien dijo No hay derecho mayor que los pibes estén en clase”. No señor, se equivoca,
“No hay derecho mayor que los chicos se instruyan, se eduquen , se alfabeticen (tengo más sinónimos), para poder defenderse de ustedes y su hipocresía el día de mañana.

sábado, 29 de marzo de 2014

Imaginate 11


sábado, 22 de marzo de 2014

Paro Docente Imaginate 4


viernes, 21 de marzo de 2014

Paro Docente Imaginate 3


viernes, 14 de marzo de 2014

Docentes


sábado, 8 de marzo de 2014

TODOS LOS DOCENTES SON UNOS VAGOS

Todos contra los docentes

Una publicación de una colega que resume y explica muy bien la realidad de los docentes frente a las pavadas y frases maliciosas que se dicen en los medios de comunicación. Los invito a leerla completa.



"Hace unos meses decidí, luego de escribir sobre el informe PISA, quitar de mi blog mis textos sobre educación. En pocos días mi artículo se había desparramado, había levantado voces airadas, simpatías, antipatías… el sentido de haberlo escrito se había difuminado y sanseacabó, “eliminar”, listo. Decidí no volver a publicar textos polémicos que no fueran literarios. Pero hoy, la verdad, estoy en el borde. En el borde de la indignación gigantesca, esa que dura como todo el año. Así que acá va lo que pienso de la catarata de desprecio hacia los docentes que anda circulando por las redes sociales y los programas de televisión:
1. Los docentes no trabajamos cuatro horitas de morondanga. No se puede generalizar sobre eso: hay maestras de grado y de jardín, hay profesores de materias especiales, hay profesores de secundaria. La carga horaria en general que uno cumple depende del trabajo al que logra acceder (por ejemplo, una profesora jovencita tendrá un bajo puntaje y quizás en este momento del año haya sido desplazada de los cursos que con penuria logró tomar a lo largo del año pasado en los actos públicos y tiene que comenzar nuevamente a asistir a los actos acompañada de su suerte para buscar nuevos trabajos). Conozco profesores que tienen 20 horas semanales titulares y complementan su sueldo con horas provisionales (no se puede poseer más de 20 módulos titulares) trabajando mañana, tarde y noche, viajando de escuela en escuela. Ayer me cansé de hacer zapping y escuchar que los profesores trabajan “unas dos horitas a la semana”… Los profesores viajan de escuela en escuela, entre mañana, tarde y noche, de curso en curso de “dos horitas”, tomando colectivos, remises, taxis o en su propio auto, envueltos en el trajín de juntar un sueldo que les permita vivir. ¿Eso repercute en la educación que imparten a sus alumnos? Obviamente, pero es tema de otro texto y no de éste. ¿Hay docentes que trabajan cuatro horas o dos horas nada más? Sí, obviamente, hay docentes que tienen trabajos diferentes al de la docencia, hay docentes que tienen maridos o esposas adinerados, hay docentes que pertenecen a la clase alta, hay docentes que se ganaron el loto. Pero esos son los menos, se imaginarán.
2. Los docentes no estamos perpetuamente de licencia. Es increíble que la gente diga eso. Y no solo eso. Dicen que hay por cada cargo cuatro o cinco personas cobrando sueldo sin trabajar. Es una barbaridad decir eso. Hoy leí un cartelito compartido en Facebook en donde alguien acusaba a los docentes de sacar licencia por “enfermedad de mascota”. ¿De qué están hablando? Otra vez: conozco profesores que no faltan ni una vez al año, profesores que a veces se enferman y deben faltar, profesores grisáceos que abusan de las licencias porque tienen algún médico inescrupuloso amigo y consiguen fácilmente certificados médicos para presentar ante Reconocimientos Médicos, donde el médico que recibe y controla el certificado que presenta también es su amigo… son muy pocos los últimos casos, como se imaginarán. Si uno toma una suplencia, probablemente tarde mucho en cobrarla. Conozco profesores que trabajaron todo un año sin cobrar. Conozco profesores que no cobraron.
Las escuelas son lugares en donde no se puede entrar alegremente con una enfermedad contagiosa. Y la docencia es un trabajo muy complejo que no se puede llevar adelante con una enfermedad. Pero los docentes no viven enfermos… son personas que a veces se enferman, como todas. Tienen que ir al médico y luego, con el certificado, a ver a otro médico que le dará los días que considere necesarios para el reposo o recuperación. Y luego llevar el papelito que le den escuela por escuela, dentro de las 48 horas de emitido. Lo de las mascotas es una pena que no cuente, lo bien que me vendría que existiera esa licencia.
3. Los docentes no hacen nada, son unos vagos. Ahí está en mi opinión uno de los problemas que ocasionan la crisis de la educación actual. En nuestro país, la gente opina que los docentes deben ser pobres y trabajar gratis porque su tarea no sirve para nada. Ayer escuchaba a una diputada hablar en un programa de televisión. Dijo que ganaba 25.000 pesos. Las docentes que estaban sentadas adelante de sus ojos habían declarado que ganaban cerca de 5.000. Dijo que en este país, cada persona ganaba de acuerdo a sus capacidades, a su talento, que todos tenían la posibilidad de trabajar y ganar diferentes sueldos. Hablaba tan rápido que pasaban desapercibidas sus palabras, al parecer. A mí no me pareció en absoluto algo inocente: ¿cómo puede alguien no entender que la gran mayoría de los docentes somos personas que elegimos esa profesión a pesar del sueldo que sabemos que en este país vamos a ganar? Esta buena señora gana 25.000 pesos… ¿tiene capacidades superiores a las de los médicos de los hospitales públicos, a las de los bomberos, a las capacidades de los miembros de la Cruz Roja, a las de los de Defensa Civil, a las de los policías? ¿A las de los profesores en Letras, a las de los de Historia, de Biología, de Filosofía, a las capacidades de los contadores, abogados, ingenieros, etcétera, etcétera, etcétera, que circulamos por las aulas de las escuelas públicas dando clase? ¿Tiene “más talento”? ¿Merece vivir con más dinero porque eligió una profesión “mejor” ?
4. Los docentes no tenemos tres meses de vacaciones. Es indignante que me digan eso. Yo terminé de trabajar en navidad, prácticamente, agotada hasta la exasperación. Y el 17 de febrero ya estaba tomando exámenes. Y tuve 15 días de receso en invierno. Y punto.
5. Los docentes no están capacitados. Bueno, trabajo de profesora porque tengo un título que me habilita para eso, entre otras incumbencias. Todos los docentes tienen uno, terciario o universitario. Nos anotamos en un listado, cumplimentamos requisitos, tomamos los cargos que tenemos en actos públicos. No pasábamos por ahí, por la puerta de la escuela, alguien nos chifló de adentro y nos quedamos. No andábamos por ahí sin haber ido nunca a la escuela, sin saber absolutamente nada de nada y, como no servíamos para nada, nos ofrecieron estar al frente de clases y escribir miles de papeles y aguantarnos los toscazos.
He repetido en muchos lugares que las personas que no trabajan en las escuelas públicas no tienen la menor idea de lo que sucede ahí. Tengo dos títulos docentes, podría elegir cualquier lugar para trabajar. Tengo un título universitario de la UNLP. Amo la docencia, defiendo la educación pública, mis hijos se están educando de esa manera. Elijo mi profesión y sé que voy a cobrar poco, pero no pretendan que me voy a contentar con eso y no voy a protestar. Si los profesores ganáramos un sueldo digno, podríamos tener menos alumnos y dejar de viajar como locos enceguecidos de escuela en escuela. Y la educación que recibirían los chicos sería de mejor calidad. Podríamos planificar más ambiciosamente. Y así seguiría la lista de los “podríamos”. Yo doy clase en edificios destartalados, en aulas que no son aulas sino pedazos de durlock roto y ensamblado, con palomas mirándome desde techos agujereados o, directamente, desde un tinglado porque no hay techo. En invierno, con los guantes puestos y la bufanda,  cuento cuentos y sale el vaporcito de mi boca y los chicos me miran ateridos y trabajo igual. En verano, transpirando agobiada, a veces abajo de un árbol porque los pobres alumnos no dan más del calor. Y trabajo igual. Llevo mis tizas y mi borrador porque a veces no hay. Llevo el caloventor de mi casa. Me llevo a mí misma y trabajo con esos centenares de adolescentes, los escucho, converso con ellos, me intereso en lo que les pasa, intento levantar puentes en esa desolación que tienen y hablo de las posibilidades de ingresar en la universidad pública, de la necesidad de estudiar y de ser buena persona para poder ser… poder ser…
Jamás le diría a un alumno que va a ganar dinero según la profesión que elija. Les digo que piensen qué trabajo les gustaría hacer, qué se imaginan haciendo “cuando sean grandes”… Algunos contestan que se imaginan haciendo delivery de pizzas… con su propia moto. Otros me dicen que se imaginan curando perritos… veterinario. Otros me dicen que se imaginan “técnicos radiólogos”, o “mecánicos dentales”… y yo sospecho que hay algún pariente asesor por ahí. Otros se imaginan enseñando, como yo. ¿Y saben qué? Cuando una alumna o alumno me dice que cuando sea grande quiere ser docente… ese alumno me lo está diciendo entre paredes descascaradas, ante un calefactor que no funciona o un ventilador de techo sin aspas, frente a una ventana que no tiene vidrios y me lo dice igual. Qué diría la diputada. Supongo que le contestaría algo como “bueno, querido, siempre podés cuando te recibas dar clase en una privada con alumnos como la gente”… rapidito se lo diría, casi sin respirar.
No voy a entrar en el tema de lo difícil que es dar clase en estas épocas. En las problemáticas de los niños y adolescentes actuales. En el desborde emocional y físico al que llegamos los que trabajamos en las escuelas tratando de enseñar y contener a la vez. En las agresiones permanentes. ¿Cómo una se va a asombrar ante un padre que viene a insultarnos, ante un alumno que nos putea de arriba a abajo, si la opinión colectiva en este momento está confirmando todas las acusaciones enumeradas arriba? ¿Cómo revertiremos esto?
El día que los docentes ganan un sueldo digno, el día que los docentes ocupen un lugar respetado, el día que los docentes dejen de ser los acusados de ignorantes, de vagos, de corruptos, de lacras, de perdedores…. el día que los docentes podamos entrar en el aula y ésta sea un lugar digno y los alumnos nos observen con respeto cordial, saquen sus carpetas y lapiceras y tengan ganas y actitud positiva ante la clase… ese día… los alumnos aprobarán las pruebas PISA y comprenderán lo que lean. Yo no sé si ese día seré más o menos feliz que ahora adentro de las escuelas, lo que sí sé es que seguramente podré trabajar mejor y al finalizar el año no sentiré la enorme frustración de haber trabajado en vano para la gran mayoría ante el éxito solitario de unos pocos."
Enlace directo: 
http://opinion.infobae.com/graciela-adriana-lara/2014/02/27/todos-contra-los-docentes/

Felicidades MUJERES !!!!