martes, 18 de agosto de 2009

Corales

Una jaula de metal, un par de cables y una inyección de corriente eléctrica de bajo voltaje son los elementos que le han permitido a los corales de las Islas Maldivas crecer a un ritmo mucho más rápido de lo previsto por los científicos.

Se trata de un experimento conocido como Proyecto Vabbinfaru, que se puso en marcha después de que los arrecifes de coral de las islas sufrieran los devastadores efectos de fenómeno climático de El Niño en 1998, que, al provocar el aumento de las temperaturas oceánicas, propició la destrucción de cerca del 90% de los corales de las Maldivas. Los científicos del Centro de Investigación Marina de Malé, capital de las Maldivas, colocaron en el fondo marino una estructura de acero de 12 metros de largo.

Esta jaula, llamada Lotus, está conectada mediante una serie de cables a un generador de electricidad que emite una corriente ligera. Este impulso eléctrico provoca una reacción química en el agua que hace que la caja metálica se cubra de una sustancia parecida a la cal.

Dado que los corales utilizan este mismo material para formar sus esqueletos, la caja se pobló de corales de tal manera que hoy resulta casi imposible descubrir su presencia bajo las elaboradas formas y colores de los corales.

La ventaja de este método es que su costo es relativamente bajo y puede permanecer en el fondo marino por años.